martes, 9 de noviembre de 2010

Modificación de conducta

Conducta.

La conducta es la forma en que las personas se comportan en su vida y acciones, el comportamiento se refiere a las acciones de las personas en relación con su medio ambiente o con su mundo de estímulos, puede ser, voluntario o involuntario, consciente o inconsciente, público o privado, según las circunstancias que lo afecten.

Modificación de la conducta.

La modificación de conducta tiene como fin promover el cambio a través de técnicas de intervención psicológicas para mejorar el comportamiento de las personas, de forma que desarrollen sus potencialidades y las oportunidades disponibles en su medio, optimicen su ambiente, y adopten actitudes, valoraciones y conductas útiles para adaptarse a lo que no puede cambiarse.

El proceso de modificación de conducta ha destacado cuatro orientaciones principales:

1) Orientación conductual mediacional: también se le denomina enfoque E-R neoconductista, porque centra en las variables intermedias o constructos hipotéticos en la explicación de la conducta.

2) Orientaciones basadas en el aprendizaje social: esta orientación considera que la determinación del comportamiento va a depender de los estímulos del ambiente, tanto físicos como sociales, de procesos cognoscitivos y patrones de conducta del sujeto, que a su vez modifica su propio medio.

3) Análisis conductual aplicado: se basa en la aplicación del análisis experimental de la conducta a los problemas de importancia social, aparece también bajo la denominación de análisis funcional de la conducta o enfoque operante.
4) Orientación cognitivo-conductual: esta orientación parte del supuesto de que la actividad cognitiva determina el comportamiento.

Modificación de la conducta en niños.

Burrhus Frederick Skinner (1.904-1.990) con su teoría sobre el Condicionamiento Operante, introdujo conceptos y términos actualmente vigentes como los de refuerzo, extinción, castigo, etc.
Existen muchas razones por la que los niños se comportan mal; por ejemplo cuando no se sienten bien, tienen sueño, tienen hambre, han hecho mucho ejercicio o no lo suficiente.  Puede ser difícil llevarse bien con un niño que se comporta mal.,  un niño  que está cansado puede ser caprichoso, un niño con hambre puede estar irritable, un niño con sueño puede ser quisquilloso, y un niño enfermo puede estar molesto.
Comprender el mal comportamiento de un niño es un aspecto  importante para ser un padre eficaz y para poder convivir en armonía con los hijos.

Los niños se comportan mal cuando se sienten rechazados, cuando los niños sienten que no son amados o queridos pueden volverse resentidos, malhumorados y comportarse mal.  Cuando los padres u otros adultos importantes en la vida del niño, ignoran los sentimientos y los pensamientos del niño, éste puede comenzar a pensar que no es digno o que vale muy poco.

Los niños se comportan mal cuando les falta conocimiento y experiencia
Los niños no vienen equipados con información y sabiduría.  Los niños no son pequeños adultos.  Los niños no piensan ni actúan como adultos ni pueden hacerlo. 
Gran parte de su comportamiento es simplemente normal para su edad y no lo hacen en forma intencional para irritar a padres  los niños pequeños no pueden pensar en una variedad de formas de hacer algo y tener en cuenta los diferentes resultados.

Necesitan mucha información y explicaciones sobre cómo comportarse.
Los niños se comportan mal cuando están tristes y se sienten inseguros
Los niños necesitan una atención constante y la seguridad que esta atención proporciona.  Los cambios pueden provocar que los niños se sientan mal. 
Cuando la madre está enferma, cuando llega un nuevo bebé o cuando la familia se muda a una nueva vecindad, es muy probable que el niño se comporte mal.

Los niños se comportan mal cuando están desanimados. Los niños que no reciben elogios por las cosas buenas y positivas que hacen pueden desanimarse.  Pueden comportarse mal para obtener la atención y la cercanía que necesitan por parte de sus padres.

Procedimientos operantes.

Los procedimientos operantes se preocupan por aumentar, disminuir o mantener la conducta en situaciones particulares. La conducta se define como algo que hace un individuo y que puede –al menos en principio- medirse y, por tanto, verificar tras la intervención el posible éxito de la misma.

La mayoría de los programas de condicionamiento operante, en general, se componen de los siguientes pasos:

1º- Identificar la conducta objetivo que ha de aumentar o disminuir

2º - Registrar la conducta tan objetivamente como sea posible, estableciendo una línea base con respecto a la cual evaluar los efectos del procedimiento.
3º- Introducir un programa creado para producir el aumento o la disminución deseados en la conducta.
4º- Modificar el programa si no ocurre el aumento o la disminución deseados en la conducta.
5º- Asegurar la generalidad del cambio de conducta; es decir, que el cambio ocurra en el lugar escogido, que se generalice a otras conductas deseables y que continúe o se mantenga después de la terminación del programa.


Procedimientos para aumentar la conducta.

El uso de Reforzadores

Un reforzador positivo se entiende como cualquier estímulo que aumente la probabilidad de una conducta o respuesta a la que le sigue temporalmente.
Se trata, pues, de aumentar conductas positivas o deseadas (estudiar, obedecer al maestro, no hablar en clase.

Un reforzador puede ser verbal en forma de halago (“lo has hecho muy bien”; “estoy muy contento de tu comportamiento”...) o puede concretarse con la entrega de algún objeto del agrado del niño (golosinas, pequeños juguetes, cromos, etc.). Muchas veces no es suficiente sólo con las palabras pero éstas siempre deben acompañar la entrega de un reforzador.
En clase, la entrega de reforzadores debe estructurarse ya que se suelen introducir para controlar a los niños más problemáticos pero es todo el grupo el que debe tener acceso a ellos, una forma de hacerlo es mediante la de fichas (técnica reforzadora en la que el niño obtiene puntos por una conducta especifica, y se cuantifica en una tabla de días y al final de un tiempo estipulado el niño obtiene un premio)

Hay otros tipos de reforzadores que también pueden utilizarse en la escuela (dependiendo del perfil de los alumnos) como son el negociar un aumento extra de la nota, disponer de más tiempo en ciertas actividades de su interés, etc.

Existe también el denominado reforzador negativo. Se trata de cualquier estímulo cuya eliminación después de una respuesta aumenta la probabilidad de esa respuesta. Normalmente se trata de un estímulo aversivo o no deseado que no se presenta si se produce la respuesta adecuada. Por ejemplo, si un niño ha provocado una pelea puede escapar de un castigo más severo si muestra arrepentimiento y pide perdón.
Se puede también pedir a un niño que ha insultado en clase a su maestro que le pida perdón delante de todos para evitar una sanción.

Procedimientos para disminuir la conducta.

La Extinción

La extinción es probablemente el método operante más utilizado para disminuir la conducta.
El procedimiento pasa, en primer lugar, por averiguar qué es lo que está reforzando a la conducta objetivo y luego eliminar ese reforzador.
Muchos pueden ser los motivos (reforzadores) que pueden incitar y mantener las conductas disruptivas. Así el niño puede obtener algunos privilegios como no hacer alguna tarea, ser el protagonista del grupo en ese momento (aunque sea de forma desadaptada), reafirmar su liderazgo, etc.
En ocasiones, la conducta no deseable puede ser muy persistente aunque el reforzador que la mantiene puede ocurrir de forma tan infrecuente que es difícil de descubrirlo.

La retirada de atención es una técnica que utiliza  una versión del principio de extinción, en especial para aquellas conductas que se manifiestan con desobediencia, desafío o también (en niños más pequeños) con rabietas, pataletas, lloros, etc. pero sin llegar a ser manifestaciones excesivamente agresivas.

Por ejemplo, un niño pequeño que está acostumbrado a ser el protagonista (todos los adultos le prestan atención) cuando efectúa una rabieta, es muy probable que si se le deja de prestar atención (salvo caso de fuerza mayor) y su escenificación pasa por no tener espectadores, dicha conducta tienda a reducirse o a desaparecer.

El Castigo.

Hay dos tipos de castigo:

1-Presentación de un estímulo aversivo contingente a la mala conducta.

Justo después de producirse la conducta disruptiva se introduce el estímulo aversivo. Éste puede tomar diferentes formas y adaptarse a diferentes colectivos. Por ejemplo, en niños autistas que presentaban graves episodios auto-lesivos se ha llegado a utilizar una pequeña descarga eléctrica inocua pero dolorosa como estímulo aversivo contingente a la conducta auto-lesiva para erradicarla. En situaciones más habituales cualquier reprimenda verbal o los azotes que antiguamente abundaban pueden también considerarse elementos que el niño vive de forma desagradable y que si se aplican después de la conducta en cuestión tienden a reducir su frecuencia.

No resulta cómodo para el niño tener que ir al despacho del director o que sus padres reciban una notificación por escrito por su mal comportamiento, o la posibilidad de apertura de un expediente disciplinario.
Cada niño tiene sus debilidades al respecto y el castigo será más efectivo cuanto más doloroso sea para el niño las pérdidas que le produzca.


2- Retirada de un reforzador positivo contingente a la mala conducta.

Consiste en que el niño pierde un reforzador positivo tras la emisión de la conducta disruptiva. Existen dos formas generales para la supresión del reforzador positivo:

1º- Tiempo Fuera
2º- Coste de la Respuesta
  
Tiempo Fuera:


Esta técnica supone una retirada física del niño a un lugar que esté exento de cualquier tipo de reforzador.
Cuando un maestro expulsa del aula a un alumno o lo ubica en un lugar de la clase separado de sus compañeros está utilizando esta técnica. En los casos de niños con trastornos más severos en centros de internamiento puede producirse su aislamiento temporal en habitaciones habilitadas al respecto.

Lo que se intenta con este modo de proceder es retirar al niño a un espacio poco interesante y alejado de otras actividades. Lo ideal sería que fuera un lugar en el que el niño no tuviera ningún otro tipo de posibilidad que no fuera aburrirse soberanamente.

El tiempo máximo del aislamiento del niño dependerá, entre otros, de la gravedad y tipo de conducta castigada, la edad del niño y posible trastorno que padezca. No es lo mismo corregir mediante estas técnicas las rabietas de un niño autista que las de un niño sin trastorno pero desobediente.

En general, para niños del espectro autista o niños pequeños (hasta 5/6 años de edad) los tiempos de aislamiento son menores y se situarían alrededor de 5 o 6 minutos, máximo en niños de escuela ordinaria, sin trastornos clínicos, el tiempo fuera o expulsión puede alargarse a criterio del maestro según circunstancias y teniendo en cuenta que: el niño no reciba ninguna atención o refuerzo durante el tiempo fuera, debe aburrirse, no debe tener distracciones, en el caso de que el niño se sienta motivado por estar fuera de clase y así eludir ciertas materias o actividades que no son de su agrado debe buscarse otros recurso de castigo.

Coste de la Respuesta:

Cuando se producen conductas disruptivas en clase, éstas deben generar consecuencias para el autor o autores de los hechos, correspondientemente a la aparición de la conducta se aplica una consecuencia inmediata (la conducta va a tener un coste para el niño).

“A diferencia del castigo, aquí no se introduce un estímulo aversivo sino que retiramos total o parcialmente un reforzador. La consecuencia para el niño que efectúa la conducta es la pérdida de algo positivo y que ahora ya no está disponible.”

Por ejemplo para un niño puede resultar muy desagradable quedarse sin patio durante unos días, no poder jugar a fútbol con su equipo del colegio o perderse la clase de informática.

En la “Economía de Fichas”, también puede aplicarse el coste respuesta, donde al niño se le retiran algunos puntos o fichas que son intercambiables por reforzadores naturales (golosinas, juguetes, etc.)

Técnicas para mantener la conducta.

Cuando la conducta recién adquirida o que se daba con poca frecuencia alcanza unos niveles aceptables y está estabilizada deberemos pasar de un programa de reforzamiento continuo (reforzar cada vez que ocurra la conducta) a uno de reforzamiento intermitente (reforzar de vez en cuando). Este cambio ha de hacerse lenta y gradualmente, para no provocar que la persona deje de responder a la conducta que ya se estaba estabilizando.

Reforzamiento intermitente

Consiste en presentar el reforzador de manera discontinua, o sea, que no se refuerzan todas y cada una de las respuestas del sujeto, sino solamente algunas de ellas.
Podemos utilizar como criterio tanto el número de respuestas dadas (de razón o número) como el tiempo transcurrido desde el último premio (de intervalo).
 El paso del reforzamiento continuo de la conducta al intermitente debe ser gradual, para evitar que la persona deje de responder.

Técnicas para mantener y desarrollar la conducta.

Se destacan tres técnicas para llevar a cabo el desarrollo y mantenimiento de las conductas a lo largo del tiempo: moldeamiento, desvanecimiento y encadenamiento.

Moldeamiento

El moldeamiento es una técnica mediante la cual se adquieren conductas ausentes o presentes muy vagamente en el repertorio conductual del sujeto.
Consiste en reforzar consistentemente conductas semejantes a la conducta que pretendemos que el sujeto adquiera y eliminar mediante extinción aquellas que se alejan de la conducta deseada.
El moldeamiento se utiliza de forma espontánea en el aprendizaje de habilidades cotidianas como aprender hablar. Así, cuando un niño produce los primeros balbuceos es reforzado por sus padres, pero cuando produce las primeras sílabas ya no le refuerzan el balbuceo sino lo último. Lo mismo ocurre cuando pronuncian las primeras palabras. De esta manera, mediante el refuerzo diferencial los padres van reforzando aquellas conductas que cada vez se parecen más a la conducta deseada (hablar), pero no las anteriores.

Desvanecimiento

El desvanecimiento se basa en la disminución gradual de las ayudas que se le han dado al individuo para que realice la conducta deseada. Pretende que se mantenga el comportamiento del individuo a pesar de la reducción de las ayudas que se le proporcionaron para aprenderlo.
Esta técnica es utilizada junto con el moldeamiento y, al igual que ella, suele emplearse tanto para el aprendizaje cotidiano como para conductas más específicas (ámbito educativo, por ejemplo).

Encadenamiento

La técnica del encadenamiento supone descomponer una conducta compleja en conductas sencillas, de manera que cada una de ellas suponga un eslabón de la cadena.

La adquisición de la conducta se produce mediante el reforzamiento de los “eslabones”, los cuales son estímulos reforzadores para la respuesta anterior y estímulos discriminativos para la siguiente.
Por ejemplo: Si una chica quiere prepararse para salir a la calle tendrá que realizar distintas conductas como ducharse, vestirse, peinarse… De manera que cada uno de estos actos funciona como estímulo discriminativo del siguiente (si ya me duché, ahora tengo que vestirme) y como reforzador de anterior (poder peinarme es el reforzador de haberme vestido, que a su vez es el reforzador de haberme duchado).

Estrategias para registrar la conducta

Según varios autores especializados las conductas pueden registrarse utilizando las siguientes estrategias:
  • Registro continuo: Recoge todas las apariciones del comportamiento durante un periodo de tiempo concreto.
  • Registro por intervalos: Se selecciona un periodo de tiempo específico en el que se va a observar y registrar todas las apariciones del comportamiento.
  • Registro de intervalo parcial: Sólo se registra la conducta de manera dicotómica (si aparece la conducta en un intervalo de tiempo concreto o no aparece).
  • Registro de intervalo completo: Sólo se registra la conducta si persiste durante un intervalo de tiempo completo.
  • Registro de muestreo temporal: Se puntúa una conducta como presente o ausente en intervalos de tiempo breves y temporales.
  • Muestreo temporal momentáneo: Registro dicotómico de momentos puntuales, como por ejemplo; las horas en punto.
  • Observación y registro: Se puede dar un tiempo breve para observar y el mismo para registrar las conductas.